Presentamos el artículo de impacto por John William OlsenJohn William Olsen, Director de renta variable de impacto de M&G Investments.
«No ver venir un tsunami o un acontecimiento económico es excusable; construir algo frágil para hacerles frente no lo es.” Nassim Nicholas Taleb, Antifrágil
La volatilidad de los mercados ha representado siempre la oportunidad y el peligro para las gestoras de inversión activa. Algunos altibajos bursátiles obedecen al comportamiento de rebaño, provocado por la avaricia y el miedo excesivos. Como gestores activos, tratamos de sacar partido a los episodios de volatilidad para proporcionar ganancias potenciales a largo plazo a nuestros clientes. Este es un elemento clave del valor que podemos añadir. Durante la volatilidad del verano, por ejemplo, ampliamos posiciones en acciones castigadas relacionadas con el consumo, que desde entonces repuntaron hasta el fin del trimestre.
La mayor parte de la volatilidad bursátil obedece sencillamente a la incertidumbre en torno a acontecimientos y puntos de inflexión potenciales. Estos altibajos pueden tener sentido; aseguran un equilibrio más a largo plazo entre valoraciones y los posibles desenlaces, porque ciertos cambios en los fundamentales sí alteran el valor subyacente asignado a las clases de activos e instrumentos con ciertas características. El efecto de un cambio en la tendencia a largo plazo de los tipos de interés es un buen ejemplo: difícil de pronosticar, pero claramente significativo para los valores de los activos.
En el ámbito de la inversión sostenible nos planteamos el próximo trimestre con especial interés y cautela, debido a unas elecciones estadounidenses que podrían tener implicaciones a largo plazo para las condiciones bursátiles, el comercio mundial, la sanidad, las renovables y la inversión basada en criterios ESG. El mercado ya ha estado alternando entre posicionamientos a favor de Trump o de Harris, básicamente en línea con las probabilidades asignadas a cada uno. Para nosotros, apostar por la victoria de uno u otro candidato en base a algo más que la mera esperanza es engañarse, y el mercado está reflejando rápidamente un efecto ponderado por probabilidad de algo básicamente impredecible.
Teniendo en cuenta que invertimos con la intención de mantener acciones en cartera durante una década o más tiempo, ¿por qué tiene sentido estudiar futuras fuentes de volatilidad y disrupción?
El principal motivo es nuestro deseo de estar preparados, más que tratar de posicionar activamente nuestra cartera para beneficiarnos de cualquier desenlace concreto a corto plazo. Parte de nuestro trabajo como gestores activos es crear una cartera de acciones que genere rentabilidades superiores, pero la mayoría de nuestros clientes también prefieren que lo hagamos de manera ajustada al riesgo. Pero sobre todo, afrontar la volatilidad bien preparados y con una cartera sólida (antifrágil) nos ayuda a posicionarnos mucho mejor a nivel psicológico y práctico para explorar, y posiblemente explotar, los movimientos de las cotizaciones. De esta manera, sentamos las bases para nuestra rentabilidad futura.
PULL-OUT: «…afrontar la volatilidad bien preparados [nos permite] explorar, y posiblemente explotar, los movimientos de las cotizaciones»
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Siempre que se mencione, las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión y la información facilitada no debe considerarse una recomendación de compra o venta de ningún valor o título específico.