Hay un momento en el que el mercado se pone estadísticamente tan tocado que la continuidad bajista sólo cabe dentro de lo improbable, en escenarios de crack. Y las bolsas habían llegado a esos niveles si atendemos a la sobreventa cuantitativa, con divergencias incluidas, que reinaba en lo técnico; y a uno y otro lado del charco. Al menos, por lo que al corto plazo se refiere, y entendiendo por tal cosa el tiempo que transcurre en un período de entre uno y tres meses.
En Europa en general, y nuestra plaza en particular, las cosas han llegado a lo extremo en la parte más larga de esta interpretación, de tal forma que el EuroStoxx 50 lleva doce semanas sin cerrar por encima del máximo semanal previo; cosa que en el IBEX 35 se extiende hasta diecisiete, cayendo casi del tirón desde el techo de su canal bajista de medio plazo a la base del mismo tal y como puede verse en el primero de los gráficos. Y tras ello es la primera vez que se ofrezcan patrones semanales susceptibles de generar suelo en la jerga oriental, con una vuelta semanal fallida a medio descenso.
El IBEX y el EuroStoxx han roto sus directrices bajistas en gráfico diario y desplegado esta semana sendos patrones de tipo penetrante que abren la posibilidad de que en los mínimos vistos esta semana haya empezado el esperable rebote. Desde la envolvente del IBEX del lunes hemos aumentado exposición; aunque sin volvernos locos porque el deterioro acumulado es tan intenso que convendría no descartar algún conato de recaída futuro para asentar mejor las bases de algo que pueda frenar sosteniblemente la sangría. El Nasdaq 100, con su vuelta semanal sobre la zona en que se encuentran los máximos de 2011 y la directriz alcista que toma como referencia 2009, sigue siendo el lado más fuerte del mercado norteamericano; que se mantiene como un faro que niega las caídas del mercado europeo a medio-largo plazo. Movimientos como el del kiwi/dólar, son un guiño alcista en un termómetro de la aversión al riesgo.
Carlos Doblado
Ágora Asesores Financieros EAFI
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