Más allá de la renta fija y su vuelta como activo estabilizador, la diversificación en activos alternativos para equilibrar las carteras también gana posiciones en un sector donde la gestión activa y pasiva cada vez van más de la mano. Sin embargo, el impulso de la sostenibilidad camina a dos velocidades. Una, la que marca la regulación a las gestoras; otra, el desinterés del cliente.
Estas tendencias, junto al uso de la inteligencia artificial en la gestión de activos y el despeje de la incógnita sobre la continuidad de cartera 60/40 se han abordado en el Congreso Anual 2023 de la Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi), con el patrocinio de Columbia Threadneedle Investemens, Natixis, Eurizon Asset Management y Mapfre AM.
Además del rumbo del mercado y de la gestión, también se debate profusamente sobre el nuevo marco normativo, se analiza la situación macroeconómica y se aportan ideas con valor.
La inauguración del encuentro corrió a cargo del presidente saliente de Aseafi, Fernando Ibáñez, director general en Ética, y del actual, Carlos García Ciriza, que repite mandato y que asume esta nueva etapa redoblando la defensa y la ayuda al sector del asesoramiento, así como la internacionalización de la Asociación.
Tendencias en gestión y de mercado
En la mesa de debate “Presente y perspectivas de la industria de gestión de activos” participan Bruno Patain, country head Portugal and Spain de Eurizon, Carlos Moreno, sales director Iberia de Columbia Threadneedle Investments, y Ramón Pardo, responsable de Ventas Institucionales de Mapfre AM. En ella, los expertos analizan tendencias tanto de mercado como de gestión.
El rol de la gestión indexada
Tras el auge de los ETF en el anterior entorno de bajos tipos y de excesiva liquidez en los mercados, donde el comportamiento de casi cualquier compañía era bueno y resultaba muy difícil que la gestión activa fuera capaz de batir a los índices, en el actual contexto de normalización de tipos, ¿seguirá su demanda?, ¿qué papel va a jugar la gestión pasiva?, ¿qué debe aportar? ¿Y la gestión activa, lo hará mejor?
“La guerra entre gestión activa y gestión pasiva es un poco absurda. La indexada es complementaria y hay activos en los que se puede invertir mejor a través de un ETF, dependiendo del plazo y las características”. Esta afirmación de Carlos Moreno, sales director Iberia de Columbia Threadneedle Investments, es una aseveración generalizada entre las firmas de gestión, aunque pese a sus menores costes y su “eficiencia” en mercados como el estadounidense, en activos “menos líquidos la gestión activa aún tiene mucho que decir”, apunta Bruno Patain, country head Portugal and Spain de Eurizon.
En su opinión, los ETF “sin duda” van a continuar ganando terreno, “pero eso no quiere decir que vaya a reemplazar del todo la gestión activa”, la cual tiene posibilidades de mejora con software de inteligencia artificial, y “debería poder aportar más valor, incluso, donde los ETF tienen éxito, en el entorno de cierta normalización”. Reconoce que la pasiva “nos obliga a ser más competitivos”, a “innovar y buscar ideas distintas donde un ETF no puede llegar” y a “especializarse”, señala, citando como ejemplo un fondo de Economía Circular.
Por su parte, Ramón Pardo, responsable de Ventas Institucionales de Mapfre AM, considera que “cuando se compra un ETF, el inversor, de forma normal, está asumiendo que va a obtener la rentabilidad de mercado y si sabe identificar un buen gestor que sea capaz de aprovecharse de las ineficiencias propias del mercado en el corto plazo es probable que, si tu horizonte temporal es de medio-largo plazo, puedas batir a ese índice”. Si bien, en el momento actual “la gestión activa cobra más importancia para saber identificar qué negocios van a ser ganadores y cuáles no el futuro”.
En esa complementariedad, los expertos observan que algunas gestoras utilizan los indexados para inversión core y con resultados más rápidos y emplean la activa para inversiones de nicho y de largo plazo.
¿Ha muerto la cartera 60/40? ¿Hay espacio para activos alternativos?
Recientemente, BlackRock señalaba que este modelo de cartera había llegado a su fin ante la inflación y las subidas de tipos. Sin embargo, ahora que la renta fija ofrece rentabilidad el panel de expertos coincide en todo lo contrario. “El año pasado sufrió, pero porque hubo correlación entre la renta variable y la renta fija, pero, una vez que ya se han estabilizado más o menos las tires, las correlaciones vuelven otra vez a negativo, de tal forma que cuando cae la Bolsa, lo normal es que la duración te ayude. Por lo tanto, vuelve a tener sentido, sobre todo ahora que la renta fija recupera su atractivo”, indica el directivo de Columbia Threadneedle Investments.
“La ventaja de la cartera a 60/40 es que es bastante sencilla y, además, con lo que ha pasado en 2022 nos permite que ese 40 pueda estar compuesto con renta fija que paga bien, con buenas tires. Y esto es atractivo. En renta variable, podemos buscar compañías que paguen un buen dividendo”, añade el responsable de Eurizon.
En cuanto a los activos alternativos, desde Mapfre se considera interesante tener “de forma estructural un pequeño porcentaje del patrimonio en alternativos, ya que descorrelacionan tanto de renta fija como de renta variable”. En su opinión, es importante tener en cuenta “qué hay por debajo de los alternativos líquidos, qué riesgos conlleva, y los ilíquidos, con las tasas de inflación actuales, yo ya les empezaría a exigir rentabilidad de doble dígito para compensar esa iliquidez, que suele ser entre 8-12 años”.
Inteligencia Artificial en gestión de activos
“Esta disrupción de la Inteligencia Artificial (IA) nos va a facilitar muchísimo la vida en diversos aspectos, desde el médico hasta el de gestión de activos. Nosotros, como gestores, nuestro trabajo ahora es tratar de identificar aquellas compañías que se van a beneficiar y, de manera indirecta, nosotros aprovecharnos en términos de rentabilidad”, afirma el responsable de Ventas Institucionales de Mapfre AM.
En esa mejora de la gestión de activos, el country head Portugal and Spain de Eurizon identifica hasta seis aspectos. Primero, el análisis de grandes cantidades de datos de forma más rápida y eficiente, “permitiendo obtener patrones de mercado”; segundo, hacer un análisis predictivo para “intentar anticipar”; tercero, mayor automatización y eficiencia al permitir que los “gestores se puedan dedicar a corroborar o tomar decisiones”; cuarto, mejora de la gestión de riesgos; quinto, aportar “más fácilmente soluciones personalizadas”; sexto, el aprendizaje automático de la IA permite “seguir mejorando”.
Desde Columbia Threadneedle Investments, su sales director Iberia reconoce que las firmas “tenemos que ir incorporando de alguna manera en nuestro proceso de selección de acciones la IA”, aunque de momento esta gestora no lo está llevando a cabo. Reconoce que el inversor final necesita a alguien de carne y hueso con quien interactuar. “Creo que, al final, los clientes, a pesar de que sea más barato y, posiblemente, incluso puedan superar en algún momento a los índices, primero, hay que darles más tiempo. No vale comparar seis meses con fondos de inversión que tienen 30 años, eso es trampa y, segundo, siempre el cliente va a querer una cara o un teléfono el cual descolgar y echarle la bronca, y eso no lo va a poder hacer con la Inteligencia Artificial”.
Hacia la estandarización y diferenciación en el ASG
Aunque todavía existe confusión ante la excelsa normativa en torno al ASG, comienza ya a darse una puesta en común y más estándar de la oferta sostenible, “lo que es bueno”, apunta Patain, pero también obliga a las firmas a buscar diferenciación y “lanzar nuevas ideas”.
Pardo también considera positivo llegar a un estándar común ya que “la ESG es como valorar la belleza, que cada uno piensa que una cosa es buena”. Si bien, “queda mucho camino por recorrer” y gracias a la regulación “hay muchas oportunidades para poder diferenciarte”
Por su parte, Moreno llama la atención en que mientras la regulación obliga a las gestoras a aplicar unos parámetros, los clientes no muestran interés alguno por cuestiones de sostenibilidad y sugiere buscar fórmulas para cerrar el círculo, bien de la mano de “la formación o por el lado del regulador”.
Barómetro de Carteras Españolas
Con el objetivo de identificar las principales ideas o perspectivas de las tendencias en la asignación de activos en el mercado español, Natixis cuenta con un Barómetro de Carteras Españolas, en el que analiza 124 carteras modelo, en este caso, fondos de fondos a la venta en nuestro país de medio centenar de gestoras y por perfil de riesgo.
A 31 de diciembre de 2022, las conclusiones que arroja este estudio es que, efectivamente, a un año la cartera 60/40 había muerto, con “pérdidas muy fuertes en todos los perfiles”, y a tres años hubo “menos dispersión en resultados” y la cartera agresiva mostraba comportamiento positivo de media, explica Carmen Olds, directora Natixis Investment Managers.
Mirada con perspectiva
Mirando con más perspectiva los datos, a nivel de asignación de activos de la cartera moderada, que por primera vez desde que se lanzó este barómetro en 2015 es el perfil que más activos bajo gestión tiene, es que la renta variable “ha ido aumentando muchísimo” con un peso medio de en torno al 40% al 54% actual. La otra cara de la moneda es que alternativos líquidos y fondos mixtos han ido reduciendo su presencia desde en torno al 20% a niveles “donde apenas se observan posiciones”. Esto ha dado lugar a carteras “mucho más concentradas en renta variable y renta fija, por lo que vemos que parece no haber muerto la cartera 60/40”. Algo que “no es único de España y que vemos en otras regiones”, destaca Carmen Olds.
Tendencias 2023
De cara a las tendencias observadas para 2023 resaltan el retorno de la renta fija, mayor protagonismo de EEUU, gestión activa en un mercado incierto, ASG y fondos temáticos, nuevas fuentes de diversificación y replanteamiento de la asignación estratégica de activos.
A nivel de renta fija, “la oportunidad en cuanto a rendimiento es la mayor que hemos visto en 15 años”. Ahora bien, a Natixis le llama la atención dos aspectos. En primer lugar, que no solo está ganando más peso en las carteras por su mayor potencial de ingresos, sino también por su papel tradicional en la gestión del riesgo, “aunque se viese muy cuestionado este papel en 2022”. En segundo lugar, a nivel de riesgos que perciben los inversores, según una encuesta realizada por la firma a nivel global, un 89% cree que la inflación es el más de grande, seguido de la incertidumbre en la política monetaria. “Con estos dos riesgos presentes, es muy difícil tomar posiciones de duración. Vemos que las estrategias tomadas en los últimos tres trimestres son de corta duración y mercado monetario”, puntualiza la directiva.
En cuanto a la gestión activa, el porcentaje de la renta variable gestionada en las carteras ha ha bajado “muy dramáticamente”, desde el 90% en 2015 a apenas un 60%, pero “vemos que se está aplanando la tendencia y que, en este mercado incierto, vemos una reasignación a estrategias activas, como estrategias más Barbell y estrategias en temáticos y tendencias más seculares”. A nivel de activos, el perfil medio del inversor español muestra un sesgo growth y large cap.
Respecto a la construcción de carteras, otra encuesta a nivel mundial de Natixis pone de manifiesto el interés de los inversores en aumentar la apuesta en activos alternativos líquidos, a pesar de la mayor rentabilidad de la renta fija, por una cuestión de gestión de riesgos, ante el mal ejercicio de 2022 y la necesidad de diversificación.
Sin embargo, en comparación con España, la inversión en activos líquidos está en “mínimos” según refleja el Barómetro, aunque el perfil conservador se muestra más estable, y difiere de otros países europeos, donde el peso es del 10%
Por su parte, la tendencia sostenible baja en España y, de media, un 50% de los inversores españoles tiene artículos 8 y 9 en cartera frente al 74% de países del norte de Europa. Coincide con la mesa de debate en que “no hay mucha convicción”, pero confían en que con la regulación esto cambie. Si bien, a nivel de renta variable, el Barómetro concluye que se han aumentado los temáticos en cuestiones medioambientales y tecnológicas.
Perspectivas a 10 años
A través del simulador de Natixis a partir de previsiones macroeconómicas y de asignación de activos, en una cartera moderada, los resultados muestran que, tomando como referencia finales de 2022, el retorno medio esperado en un plazo de cinco años es del 5,7% y de diez, del 4,8%. “Resultados que, comparados con la historia más reciente, son bastante positivos, en parte, gracias al mayor potencial de rentabilidad de la renta fija”, finalizó la directora de Natixis Investment Managers.
Si te perdiste el Congreso Anual 2023 de Aseafi aquí puedes verlo para profundizar sobre estas tendencias y conocer cómo está la regulación e ideas de inversión.