Con aportaciones de Guillermo Santos, socio de ICapital; y Carlos Farras, socio de DPM FInanzas.
El año 2022 está siendo un ejercicio muy complicado para la inversión. La cartera modelo (60% en Bolsa y 40% en bonos) ha obtenido pérdidas superiores al 15%, caídas que no se veían desde hacía décadas. Lo más preocupante es que la caída no ha terminado y este año podría acabar siendo el peor ejercicio de la historia financiera. Los bancos centrales de todo el mundo buscan controlar la escalada de precios, lo que va a provocar mucho sufrimiento económico. La gran recomendación desde la vuelta de verano es que los inversores plieguen velas y esperen a que pase la tormenta.
Tras el impulso que están experimentando los mercados, sobre todo los de acciones, en esta última parte del año, debemos volver a considerar el contexto macro en el que nos encontramos: se mantendrán las alzas en los tipos directores de los bancos centrales hasta que la inflación esté realmente controlada y acercándose al objetivo del 2% y hasta entonces los tipos a corto plazo elevados serán la tónica habitual.
Guillermo Santos, Socio de iCapital.
Tenemos claro que ahora hay muchas más oportunidades para poner el dinero a trabajar y siendo selectivos es el momento para construir carteras no solo pensando en 2023 si no para los próximos 5 años. Por comentar un activo que pensamos que lo puede hacer bien de cara al año que viene destacaríamos la RV asiática. Una probable reapertura de china, políticas fiscales y monetarias que apoyan el crecimiento y valoraciones en mínimos son un coctel muy atractivo para pensar de manera constructiva
Carlos Farrás, Socio Director en DPM Finanzas EAF
Pero, ¿qué esperamos para 2023?
Los inversores son ahora más optimistas sobre las perspectivas del mercado de grado de inversión, ya que aún existen posibilidades de que la recesión no sea tan fuerte como lo esperado.
Además, los niveles de los diferenciales, prácticamente recesivos, que descuenta el segmento de bonos corporativos de la zona europea también son alentadores, dados los sólidos fundamentales del crédito en la actualidad.
Debemos seguir infraponderando la renta variable, sobreponderando el monetario y siendo selectivos y oportunistas con el crédito ya que el riesgo de recesión tomará seguramente cuerpo a lo largo de 2023. Entre nuestras áreas geográficas y sectores favoritos destacamos Japón en renta variable y los bonos del sector financiero europeo, tanto senior como subordinados. Además, un entorno de desaceleración económica junto con, posiblemente, “peak inflation” y “peak hawkishness” por parte de los bancos centrales y especialmente de la FED, parece idóneo para la inversión en treasuries.
Guillermo Santos, Socio de iCapital.
Esperamos que los Bancos centrales terminen este ciclo de subidas de tipos (antes en EEUU que en Europa) por la desaceleración en las tasas de inflación producida por una más que posible recesión (no muy profunda en nuestra opinión). Este escenario es positivo para la parte de RF que más ha sufrido (Treasuries y duración en IG). Con las valoraciones como punto de partida vemos mucho más atractiva la RF que la RV en USA .
Pensamos que hay que diferenciar entre activos y geografías. Como comentamos China y EEUU están en un momento del ciclo diferente y por tanto el enfoque a la hora de invertir debería ser distinto. Como hemos comentado somos mucho mas constructivos con la parte asiática y también con emergentes ya que el escenario planteado debería venir acompañado de un dólar más débil.
Carlos Farrás, Socio Director en DPM Finanzas EAF
¿Qué nos recomiendan los expertos?
Apenas quedan unas semanas de cotización de este 2022 y los inversores ya deberían ir posicionando sus carteras para 2023. Por ello, es momento de saber qué aspectos debemos tener en cuenta. Para empezar, es recomendable que los inversores adopten tres principios fundamentales: la diversificación en las carteras, la selección cuidadosa y el pensamiento a largo plazo. Y en esa recomendación, es importante recomendar también que los inversores no descarten de primeras la inversión en renta variable, siempre y cuando se apliquen algunos principios básicos: actuar de forma selectiva, diversificar las carteras e invertir con un horizonte a largo plazo.
Con estas medidas, evitamos seguir falsas tendencias o invertir en un sector al completo, por muy prometedor que parezca. Es importante ver los niveles de rentabilidad, que pueden variar mucho de una acción a otra, incluso dentro del mismo sector. Hay que analizar a fondo factores como el nivel de endeudamiento de cada compañía, la calidad de su equipo directivo y todo su entorno operativo, lo que incluye la eficiencia energética y la responsabilidad medioambiental.
Es importante tener claro que las bolsas acostumbran a empezar a recuperar de manera sólida de 6 a 9 meses antes de que los beneficios toquen fondo y de 3 a 6 meses antes de que los indicadores de actividad (ISM, PMI) lo hagan. Tanto unos como otros son, por tanto, indicadores retardados y si esperamos a que estos mejoren nos habremos perdido gran parte de la subida. Históricamente, siempre ha sido la primera fase de la recuperación la más potente y en la que se acumula más del 65% de la rentabilidad del ciclo. De ahí que debamos tener presente que estar fuera de mercado, especialmente en Bolsa, puede frustrar gran parte de la rentabilidad futura.
Y en bonos, durante 2023 deberemos seguir construyendo poco a poco una posición estratégica a futuro, diversificando plazos, sectores y emisores con un buen asesoramiento.
Guillermo Santos, Socio de iCapital
Como siempre repetimos a nuestros clientes (trayendo a la palestra a Graham) es que hay que vender a optimistas y comprar a pesimistas. No entendemos otra manera de invertir. Por lo tanto en años como este que acaba, en los que solo se ha hablado de caídas históricas en los índices, inflación descontrolada, guerra, recesión etc etc nos parece el mejor caldo de cultivo para ser proactivos y recomendar aumentar riesgo en las carteras. Esto solo es posible si nos olvidamos del market timing, sabemos que no tenemos la bola de cristal y sabemos que todo es susceptible de empeorar en el corto plazo pero a largo plazo estamos seguros que oportunidades como las de este año escasean y que los retornos futuros a partir de aquí deberían ser atractivos.
Carlos Farrás, Socio Director en DPM Finanzas EAF
Despedimos un año complicado para los mercados, con la confianza de que 2023 sea mucho mejor…
Como decíamos en comentarios anteriores, la incertidumbre es inherente a los mercados financieros y, sin ella, nuestra labor como asesores sería mucho más sencilla, pero menos necesaria para nuestros clientes. Siempre desde una perspectiva positiva, y dentro de este número de nuestra newsletter encontraréis ejemplos sobrados, nos encontramos en un momento idóneo para tomar posiciones a largo plazo para nuestras inversiones, pero esto os lo explicarán nuestros socios expertos.
Por el lado de la asociación, seguimos defendiendo el desarrollo del asesoramiento financiero en nuestro país, y para ello necesitamos una regulación coherente y adecuada para ello. En este sentido y como sabéis, nuestras enmiendas presentadas al Congreso en contra de la inclusión de las EAF en el FOGAIN, y la exclusión de las ESI que no realicen custodia, se resolverán en las próximas semanas. Esperamos un resultado positivo a nuestras demandas, pero, en todo caso, consideramos un gran avance que nuestro sector haya sido escuchado por los parlamentarios y haber podido transmitir la función social que los asesores financieros desarrollamos para los ciudadanos.
Este tipo de acciones nos ayudan a cohesionar a todo el sector del asesoramiento que representamos; Empresas de Servicios de Inversión (ESI): incluyendo EAF, Agencias y Sociedades de Valores- y a defender de un modo más sólido y eficiente nuestro propósito como asociación.
Fernando Ibáñez, Presidente de ASEAFI