Durante los próximos 30 a 40 años, se espera que aproximadamente 30 billones de dólares en activos pasen de mano de los baby boomers a sus herederos millennials, lo que representará la mayor transferencia de riqueza intergeneracional de la historia.

Una transferencia que ya está comenzando a tener efectos profundos en la economía, pues los millennials (los nacidos entre 1981 y 1999) pronto superaran a los boomers como la generación más grande del mundo.

Es por ello que merece la pena indagar en las necesidades específicas de esta próxima generación de inversores para comprender cuáles son sus objetivos financieros y su peculiar marco inversor.

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¿Cómo invierten los millennials?

Entrando en materia, podemos afirmar que los millennials tienden a apoyar e invertir en empresas fijándose más en la base de valores éticos de las mismas que en sus precios de cotización.

Los millennials tienen distintas experiencias y prioridades que dan forma a sus hábitos de gasto e inversión. Estamos ante una generación que se preocupa profundamente por el medio ambiente y tiende a gastar e invertir en empresas que hacen de la sostenibilidad una prioridad. Después de presenciar escándalos corporativos a lo largo de su vida, esperan y exigen transparencia. Y, habiendo alcanzado la mayoría de edad durante una recesión histórica, los millennials también son muy cautelosos con la imprevisibilidad del mercado de valores y asumen muchos menos riesgos cuando se trata de invertir.

Es por todos conocido que en 2015, las Naciones Unidas delinearon una serie de objetivos sostenibles que pretenden alcanzar para el 2030. Los objetivos, conocidos como ODS, abordan cuestiones como la pobreza, la desigualdad y el cambio climático. La ONU está fomentando la inversión en empresas que alineen sus productos y prácticas con estos objetivos.

Para ayudar a los inversores a identificar empresas con prácticas comerciales sostenibles, las Naciones Unidas también han respaldado los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), un conjunto de estándares para las operaciones de una empresa. ESG incluye pautas para las relaciones con los empleados y los clientes, la capacidad de respuesta al cambio climático y la participación en las comunidades en las que opera una empresa.

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La transparencia, uno de los atributos más importantes

Otro de los mantras de los millennials, y según diversas encuestas, uno de los más importantes, es el de la transparencia. Esta generación ha tomado testimonio de varios incidentes en los que la falta de transparencia corporativa resultó gravemente contraproducente. Por ejemplo, el escándalo de emisiones de Volkswagen, que en 2015 reveló hasta qué punto la compañía intentó ocultar prácticas comerciales que eran dañinas para el medio ambiente, lo que provocó una condena generalizada y una profunda desconfianza pública, así como miles de millones de dólares en pérdidas asociadas. Otro ejemplo puede ser el de Facebook, donde todavía se está recuperando de múltiples violaciones de seguridad de datos, exacerbadas por el repetido empecinamiento de la compañía en reconocerlas.

La tecnología y las redes sociales también juegan un papel importante en esta demanda de transparencia. Los millennials,- nativos digitales desde la infancia – tienen grandes expectativas en lo que respecta a la comunicación y el intercambio de información. Ya sea en las redes sociales o en otros canales, es seguro que los millennials esperan que los equipos de liderazgo ejecutivo sean honestos, abiertos y accesibles para los consumidores.

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La crisis financiera de 2008 los ha hecho más conservadores

La mayoría de edad o la entrada al mercado laboral en la época de la crisis financiera de 2008 ha hecho que muchos millennials sean particularmente cautelosos a la hora de invertir y que menos del 30% de su riqueza se invierta en acciones. A diferencia de las generaciones anteriores, prefieren invertir en activos físicos y demandan vehículos de inversión sencillos, claros y directos.

Los millennials consultan con frecuencia a sus padres sobre decisiones de inversión, y las recomendaciones personales influyen significativamente en sus decisiones de compra, pero –aún siendo netamente digitales- valoran especialmente las reuniones presenciales con sus asesores financieros.

Como grupo, están menos familiarizados con el trading de acciones que las generaciones anteriores y necesitan algo de apoyo y tranquilidad por parte de sus asesores financieros. Los millennials también expresan su preferencia por las instituciones financieras que facilitan el acceso a materiales educativos sobre inversiones y que les permitan administrar sus carteras de acciones en línea, y en especial, por el uso de aplicaciones y empresas Fintech.

A medida que la riqueza de esta generación crezca, sus preferencias se sentirán ampliamente en toda la economía. El impulso del estándar ESG muestra que la preocupación por la sostenibilidad no es solo una moda; es un movimiento que las empresas deben tomar en serio si esperan sobrevivir y prosperar en este nuevo entorno económico. El escepticismo de los millennials hacia el mundo empresarial obligará a los ejecutivos a mantener estándares más altos de apertura y honestidad. Y, aunque esta generación es algo tímida en lo que respecta al mercado de valores, las herramientas y los productos adecuados de los asesores ayudarán a esta generación obsesionada con la información a estar mejor equipada para tomar decisiones de inversión inteligentes a medida que adquieren una participación cada vez mayor en el mercado mundial.