- Conclusiones de la mesa redonda ‘Overview del sector de infraestructuras, perspectivas y oportunidades’ que tuvo lugar el pasado 29 de mayo en el evento titulado ‘Infraestructure & Debt’.
- Por Karolina Anna Mlodzik, Partner Infrastructure & Capital Projects en Deloitte y Javier García Seijas, Socio responsable del sector de Infraestructuras en EY Parthenon.
Los ponentes ofrecieron una visión del sector, abordando su evolución, las estrategias de inversión actuales, los retos regulatorios y las oportunidades que surgen en un entorno de alta demanda y transformación estructural.
Ambos expertos coincidieron en destacar el crecimiento sostenido de la inversión privada en infraestructuras, como respuesta al creciente desfase entre las necesidades públicas y la capacidad financiera de los estados. Karolina Anna Mlodzik subrayó que el papel del inversor privado es clave para cubrir esa brecha, especialmente en sectores como el energético, la digitalización o la movilidad sostenible.
Sin embargo, advirtió también sobre el descenso del volumen de fundraising en los dos últimos años, debido al endurecimiento de las condiciones financieras y a la competencia con la renta fija. En este contexto, el capital privado ha comenzado a buscar rentabilidades mayores a través de estrategias más arriesgadas (value add), apostando por activos menos tradicionales y por fases de desarrollo más tempranas.
Sectores en auge: digitalización, energía y transporte
La infraestructura digital —impulsada por la expansión de redes de fibra y el crecimiento de la inteligencia artificial— fue señalada como uno de los segmentos con mayor dinamismo. Le siguen las energías renovables (con atención creciente a alternativas como el biometano y el almacenamiento energético) y el transporte, donde el desarrollo de proyectos concesionales vuelve a tomar fuerza en comunidades como Aragón o Extremadura.
Javier García Seijas recalcó que sectores como el del agua, los residuos, los equipamientos sociales o las telecomunicaciones siguen ofreciendo estabilidad dentro de los portfolios institucionales, si bien cada vez se exige una mayor sofisticación en la estructuración financiera y en la evaluación de riesgos.
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La colaboración público-privada: instrumento estratégico y eficiente
Uno de los bloques centrales de la mesa se dedicó al análisis del modelo de colaboración público-privada. Mlodzik repasó su evolución y defendió su potencial como herramienta no solo financiera, sino también de eficiencia operativa, gestión de riesgos y modernización de los servicios públicos. En este sentido, señaló que, si bien este modelo conlleva costes adicionales respecto a la inversión pública directa, permite aprovechar la experiencia del sector privado y distribuir de forma más equitativa el coste de las infraestructuras a lo largo de generaciones.
Por su parte, García Seijas apuntó que la clave para un desarrollo más ágil de proyectos en este marco está en la mejora del entorno regulatorio y en la planificación de activos basada en análisis de impacto socioeconómico, una práctica ya habitual en otros países, pero aún poco implantada en España.
Tendencias en financiación: entre la banca, la deuda privada y los bonos
Los expertos también abordaron las nuevas fórmulas de financiación que están ganando peso frente al modelo clásico de project finance bancario. Ante el menor apetito de algunas entidades financieras, especialmente en proyectos de mayor riesgo o de tamaño reducido, han ganado protagonismo los fondos de deuda privada, que ofrecen mayor flexibilidad y plazos más amplios, aunque con un coste superior. En paralelo, las refinanciaciones de portfolios se han consolidado como vía eficiente para dar salida a activos desarrollados por fases.
Ambos ponentes coincidieron en que España presenta condiciones muy favorables para el desarrollo de nuevas inversiones en infraestructuras, tanto por las necesidades existentes como por la experiencia acumulada. Casos como el Plan Aragón o los nuevos proyectos de movilidad eléctrica de la EMT fueron citados como ejemplos de colaboración eficaz y de planteamientos replicables en otras regiones.
No obstante, se señaló que, a pesar del peso del sector concesional y constructor en la economía española, las infraestructuras todavía no ocupan el lugar que les corresponde en las carteras de inversión institucional, en comparación con mercados como Australia, Reino Unido o Estados Unidos.
La mesa concluyó con un mensaje claro: el sector de las infraestructuras, con sus retos y complejidades, representa una clase de activo estratégica para los próximos años. Y en un contexto global en transformación, los marcos regulatorios, la innovación financiera y la visión a largo plazo serán determinantes para movilizar el capital necesario y materializar el potencial de desarrollo.