Nos rodean por todas partes y las utilizamos a diario. Al beber agua, tirar la basura, llamar por teléfono, ir al médico, a la universidad o al trabajo. Por supuesto, de vacaciones. Son las infraestructuras que, con la sostenibilidad, cobran un mayor protagonismo en la transición ecológica, como lo son energías renovables, gestión de agua y residuos, conectividad, salud, educación, transporte…
En consecuencia, la demanda no para de crecer y hay un enorme déficit. Hasta 2040 existe una necesidad de infraestructuras de 3,3 billones de euros anuales, a los que hay que añadir un billón anual si queremos cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según datos aportados por Daniel Sulla, director de Cuentas en Trea AM, uno de los participantes en la segunda mesa redonda de la jornada sobre “Alternative Opportunities”, organizada por Aseafi y patrocinada por Andbank, Janus Henderson, M&G, Schroders y Trea.
En esta ocasión, el encuentro estuvo moderado por Vicente Varó, director de Contenidos de Finect. En él también participó Borja González, director asociado de M&G Investment,.
Oportunidad creciente
Para conocer el papel actual de la inversión en infraestructuras en las carteras, Borja González introdujo la cuestión destacando que actualmente es una de las pocas oportunidades en positivo. “Son tendencias a muy largo plazo, que están aquí para quedarse. Hace cinco años nadie pensaba en este tipo de negocios, pero ahora se está poniendo en valor toda la necesidad que tendremos de ellos en los próximos años para cumplir distintos objetivos”.
González destacó el atractivo de las infraestructuras como lo es la predictibilidad en flujos de caja, en beneficios y resultados, así como su mayor resistencia en caídas del mercado y, por tanto, su carácter defensivo.
Además, es un activo descorrelacionado al que el contexto actual de inflación y subida de tipos beneficia. “Si los tipos y el IPC suben es porque la economía se está reabriendo, viajamos más, utilizamos más el coche en autopista, suben los alquileres…, lo que es positivo para este tipo de empresas”, apuntó el directivo de M&G.
En este sentido, Daniel Sulla puso como ejemplo las inversiones del fondo de infraestructuras que gestiona la firma, en el que “el grueso de infraestructuras son proyectos público-privados regulados que tienen una visibilidad de flujos de caja. El 99% de los contratos están ligados a inflación, con lo que pueden trasladarla en el largo plazo al inversor final”.
Sin embargo, por las características de los productos financieros ilíquidos de infraestructuras el perfil de inversor está acotado al institucional. «El reto que tenemos es democratizar la inversión en infraestructuras no cotizadas en España«, señaló directivo de Trea AM, enumerando barreras de acceso como los elevados tickets de entrada, la iliquidez y el largo plazo.
Cotizadas vs no cotizadas
En cuanto a las diferencias sustanciales entre ambos tipos, González explicó que la infraestructura cotizada tiene correlación con la renta variable, pero con un sesgo defensivo, aporta liquidez diaria y mínimos de inversión. En cuanto a rentabilidades, se refirió a dígitos de entre el 8%y 9%. “Tiene un perfil asimétrico. Cuando el mercado cae, protege la cartera, y cuando sube, coge un porcentaje algo de la subida”, afirmó.
Por su parte, Sulla explicó que en carteras ilíquidas las desventajas se pueden convertir en oportunidades. Aunque se carece de liquidez diaria, no se tiene que invertir en la cartera el primer día. Además, la prima de iliquidez es importante, entre el 2% y el 4% en los últimos años.
Se puso como ejemplo de inversores ilíquidos al fondo IFM, detrás de la compra del aeropuerto de Sydney o de Naturgy, ponifaendo de manifiesto el interés tanto de capital privado como de capital líquido compitiendo cada uno en su estilo, pero con muchas sinergias.
Infraestructuras y sostenibilidad
Asimismo, en la mesa redonda se evidenció la vinculación existente entre infraestructuras y sostenibilidad, al ser parte del problema, pero también “se tiene que convertir en la solución”, apuntó el experto de M&G quien destacó que la sostenibilidad son carreteras inteligentes, el coche eléctrico o infraestructuras renovables. “Al final, todo es gasto en infraestructuras”, dijo.
“Cuando se habla de sostenibilidad, nos referimos desde ESG, aspectos sociales hasta demografía, modernización de las ciudades o digitalización”, comentó el directivo de Trea AM, gestora que en esta cuestión va de la mano de Mercer, uno de los cocreadores de los principios de inversión responsable de Naciones Unidas.
Para finalizar, los invitados apelaron a la “normalización” de la inversión en infraestructuras y a una mejora de la regulación, pues “hay muchos palos”. Asimismo, se afirmó que este tipo de inversión también llegará al retail.
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