Nuestro análisis del ciclo macro en estos momentos pone de relieve dos escenarios a los que les damos una probabilidad alta. El primero hace referencia a nuestra economía española y el segundo a la mayor economía del mundo y la que sigue marcando el ritmo global, la estadounidense. Trataremos de ser brevísimos (queremos que lo lean) por lo que no repetiremos lo que ya habrán leído hasta la saciedad.
La economía española se encuentra en un momento crítico en el que se la juega entre la opción de una recesión profunda (bastantes más allá del -1,5% aproximadamente de contracción del PIB que maneja el consenso) o una depresión. La recesión profunda la tenemos prácticamente garantizada porque la segura subida de impuestos (IVA, etc.), más la reducción adicional de gastos (salarios públicos, etc.) e inversión va a deprimir todavía más la demanda interna. Nuestro sector exterior (de lo poco que se ha salvado estos años) se va a ver debilitado por la dinámica del ciclo económico global, como veremos más adelante. El resultado es que la recesión “from peak to throught” probablemente supere ampliamente el 2% sino el 3%.
Este es el escenario positivo porque el otro es el de la depresión. ¿Qué se puede definir como depresión? Pues tras una contracción de más del 4% en 2008-2009, el sufrir otra de ese calibre o incluso mayor ahora y además muy prolongada (quizás dos años), podría comenzar a parecerse a una depresión. En nuestra opinión, para que este escenario no se produzca, es necesario de una vez por todas meter nosotros mismos la tijera y reducir el tamaño del sector público y disminuir el gasto corriente. Es decir adaptar el binomio ingresos/gastos a la realidad de una economía española sin burbuja inmobiliaria. Ello (no nos engañemos) contribuirá a la profundización de la recesión actual pero pondrá los cimientos para salir del atolladero en que nos encontramos. Como ejemplos de que el recorte no se ha hecho miren, ya no a los reveladores datos de los últimos años, sino al presupuesto 2012 en lo referente a gastos corrientes de dos comunidades autónomas grandes como Castilla y León y Andalucía. Estos gastos suben y en uno de los casos a doble dígito! Por supuesto, la inversión se reduce….
Por otro lado, la probabilidad de que la economía estadounidense justo haya comenzado una nueva recesión o este a punto de hacerlo en este segundo semestre que viene es muy alta, en nuestra opinión. A principios de marzo ya avisábamos de lo que se ha venido luego observando en estos dos últimos meses: «Sorpresa americana»
Para ilústrales no les voy a aburrir con modelos, conjuntos de indicadores adelantados ni nada por el estilo. Por el contrario, sólo nos centraremos en la supuesta re aceleración que según el consenso la economía norteamericana ha disfrutado en la segunda mitad del año pasado y primera parte del presente.
El gráfico proporcionado les muestra tres series de datos que son fundamentales en la composición del PIB y que son usados entre otros por NBER, la organización no gubernamental que marca oficialmente los ciclos económicos en Estados Unidos y por tanto también las recesiones y expansiones. Estos datos no son por tanto algunos de los indicadores adelantados que tanto nos gusta usar para anticipar por donde navega el ciclo económico sino datos reales finales publicados. Lo que se observa es que la tendencia decreciente de las tasas de crecimiento de producción industrial, ventas y rentas ha continuado, por lo que realmente no ha habido aceleración alguna sino una continuación de la desaceleración. En este punto y ante esta persistencia nos resulta muy difícil creer que la economía norteamericana pueda darse la vuelta, ello incluso dando por descontado un QE3.
Lógicamente, el descendente escenario económico cíclico global se verá ahondado y las implicaciones para los activos de riesgo son claras, más allá de posibles rebotes técnicos de corta vida.
Juan Manuel Vicente Casadevall EAFI
Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero
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