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La digitalización a través de Inteligencia Artificial será clave en el futuro para avanzar hacia una economía sostenible, pero también lo es en el presente. Tanto es así, que ya generan al menos el 30% del valor añadido al producto final en España.
La Inteligencia Artificial (IA) ya forma parte de nuestro día a día. Un simple “buenos días” basta para que nuestro asistente de voz nos dé la previsión meteorológica del día y nos cuente las últimas noticias. En un futuro no tan lejano, tu vehículo también podrá conducir de forma autónoma, eligiendo la ruta con menos atasco gracias a la conexión con otros vehículos y dispositivos urbanos. Como ves, la IA ha llegado para quedarse.
Una nueva revolución industrial
Como es evidente, el primer paso para desarrollar estas tecnologías es la digitalización de las empresas. El Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) de 2018 situaba a España en el décimo puesto europeo en digitalización, una clasificación que mejora año tras año gracias a las grandes empresas, que desarrollan de forma constante herramientas para procesar enormes cantidades de datos que faciliten la toma de decisiones.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. Según algunos informes, los procesos de digitalización son en España responsables del 30% del valor añadido al producto final, lo que todavía deja un margen de mejora.
El impacto en la economía sostenible del desarrollo de la Inteligencia Artificial será inmenso durante los próximos años. Tanto es así, que Microsoft estima que las emisiones de CO2 a la atmósfera se reducirán entre un 1,5 y un 4,4% en los próximos años, mientras que la economía crecerá entre un 3,1 y un 4,4%, creándose hasta 38 millones de nuevos empleos.
Imantia y la Inteligencia Artificial
Las grandes posibilidades de la Inteligencia Artificial han motivado que Imantia invierta en la temática Mundo Digital, a través del ETF ISHARES DIGITALISATION UCITS E, con un peso del 6,96% en la cartera de Imantia Futuro, que invierte en las temáticas más innovadoras del mercado, como la robótica, el comercio electrónico, la ciberseguridad o la propia Inteligencia Artificial.