Los Republicanos han conseguido el triunfo en las elecciones estadounidenses, ya que se han
hecho con el control de la Casa Blanca y el Senado. La reacción inicial de las bolsas fue de
entusiasmo; así, el S&P 500 y el Nasdaq marcaron nuevos máximos históricos. La volatilidad ha
retrocedido y la curva del VIX ha deshecho esa inversión tan acusada que mostraba hace apenas
unos días. Pero los inversores no deberían sumergirse en el mercado a ciegas.
Las elecciones sirven para aclarar el panorama tras semanas de incertidumbre. Esto tardará
algunos días en calar y estamos viendo movimientos acusados en las cotizaciones que irán
apaciguándose gradualmente. En este punto, los precios recogen no solo la reacción ante el
resultado de las elecciones, sino también el posicionamiento de los inversores y la especulación.
Eso significa que resulta aún más importante evaluar si los valores cotizan a precios razonables y
los inversores deberían tener claro si están comprando para mantener en cartera u operar a corto
plazo. La decisión de invertir en un valor debería estar basada en los fundamentales, que es el
vector clave de las rentabilidades a largo plazo.
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