Solo para inversores profesionales
¿Cómo es la fotografía actual en inversión en infraestructuras? ¿Qué oportunidades y riesgos ofrece como activo refugio? ¿Cómo se aborda la aproximación? ¿Cuáles son las alternativas? Para responder a todas estas preguntas y dar una visión completa, la Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero (ASEAFI) ha organizado una nueva reunión de trabajo para profesionales del asesoramiento.
En el encuentro participan Karolina Mlodzik, Financial advisory en Infraestructuras de Deloitte; Enrique Centelles, presidente de GED Capital; Victoriano López-Pinto, managing partner de GED Infraestructure; Rocío Iceta, Business Development manager de M&G Investments; y Rocío López, directora de Relación con Inversores y chief of staff de Qualitas Energy.
Fotografía de las infraestructuras: alternativa de inversión como activo refugio
Déficit
En 2050, la población mundial superará los 9.000 millones frente a los cerca de 8.000 millones actuales y,para entonces, el 70% de las personas vivirán en las ciudades versus el 56% de hoy, según la ONU. Ello obliga a redimensionar las infraestructuras de transporte, energéticas, gestión de agua y residuos, telecomunicaciones y sociales (hospitales, centros educativos, complejos deportivos, instalaciones jurídicas…), entre otras.
Para hacer frente a ello, se requiere una inversión en desarrollo y mantenimiento de infraestructuras de 94 billones de dólares hasta 2040, según Deloitte, que estima una brecha acumulada de 15 billones.
Financiación
Los proyectos de infraestructuras suelen ser “intensivos en capital y no rentables de inmediato”, ha señalado su Financial advisory en Infraestructuras, Karolina Mlodzik. Durante su ponencia también ha aprovechado para detallar las características de la inversión en estos activos: la necesidad de una gran cantidad de inversión inicial (diseño, construcción y puesta en funcionamiento), los largos periodos de construcción y desarrollo sin generar ingresos inmediatos y la rentabilidad a largo plazo una vez que la infraestructura está en funcionamiento y comienza a brindar sus servicios a los usuarios.
Tradicionalmente, los proyectos de infraestructura se acometían con recursos públicos. Sin embargo, “en la actualidad los Gobiernos se encuentran en un contexto de restricciones presupuestarias y limitaciones al endeudamiento que imposibilitan financiar todas las infraestructuras necesarias y hacen falta alternativas y nuevos mecanismos para atraer mayor inversión privada al sector”, ha explicado Mlodzik.
Parte del déficit de financiación se suple con asociaciones público-privadas que ayudan, además, a diversificar riesgos, y con otras figuras como los Project Bonds, que abren la puerta a nuevos agentes como las aseguradoras o los fondos de pensiones. “El mercado de capitales ha sido una alternativa infrautilizada a la hora de financiar proyectos de infraestructuras en España y ha estado asociada principalmente a procesos de refinanciación de proyectos en fase de operación sin riesgo de construcción”, comenta la experta.
Atractivo
La inversión en infraestructuras a través de vehículos financieros es un mercado en “rápida expansión”. Según datos de la consultora, entre 2001 y 2021 ha sido el segmento de capital privado el que ha experimentado un crecimiento más acelerado, pasando de 7.000 millones de dólares a 955.000 millones.
Como activo bajo gestión en fondos de inversión, pesa casi un 10% y se prevé se duplique hasta 2027 (23%). Esta apuesta se debe al “potencial para proveer retornos a la inversión al tratarse de un activo esencial y regulado, a la protección significativa contra la inflación (capacidad para trasladar las subidas de precios a la tarifa final), a la diversificación de la cartera, al potencial de un flujo estable a largo plazo, al rendimiento histórico superior a otros asset classes, a la menor volatilidad y a las altas barreras de entrada”.
Riesgos
Sin duda, el principal riesgo es la seguridad jurídica, para ello, la Financial advisory recomienda analizar bien los requisitos de cada país, así como fijar condiciones contrato por contrato.
Rentabilidad
La rentabilidad media esperada se sitúa en una horquilla de entre el 2% y el 15%, según el sector, siendo trasporte y energía los que mayor potencial de retorno generan.
A largo plazo, “la infraestructura privada previsiblemente mantendrá su resiliencia y seguirá siendo una opción atractiva para los inversores en busca de estabilidad de flujos a largo plazo”, concluye la experta de Deloitte. De hecho, en la última década, esa resiliencia se demuestra en que el múltiplo sobre el capital invertido es de 2,5 veces.
Oportunidades de inversión en infraestructuras cotizadas
Para M&G Investments hay cuatro tendencias o desafíos, que, si se tienen en cuenta en la construcción de las carteras, estas serán “estructuralmente consistentes a largo plazo”, afirma su Business Development manager, Rocío Iceta.
Cambio climático
La primera de las tendencias es el calentamiento global que obliga a abordar de forma holística este proceso que con más frecuencia impacta en todo el planeta con desastres medioambientales. “El sector público tiene en sus presupuestos ciertas líneas para sufragar este tipo de acontecimientos. Sin embargo, no es suficiente a día de hoy”, apunta en su intervención la experta, citando los fondos Next Generation EU como una de las inyecciones públicas.
Seguridad energética
Tras la pandemia y, posteriormente, la guerra en Ucrania, se han puesto de manifiesto las grietas de la globalización y los riesgos de depender de terceros países en el suministro de productos y servicios. “Estamos viendo una deslocalización, pues esa globalización lo que implicaba es que fuéramos muy dependientes de algunas fuentes energéticas”, comenta.
Inacción gubernamental
“La inacción de los gobiernos, que en muchos casos puede llevar a la incompetencia”, poniendo de relieve lo “lejos” que aún están de alcanzar la meta de cero emisiones para 2030. Y lo demuestra con un gráfico (descargable en el portal de eventos de Aseafi).
Inflación
La última tendencia o desafío es la elevada inflación, que el año pasado alcanzó cotas históricas. Sin embargo, mientras que para muchos sectores la inflación supone un estrechamiento de márgenes al no poder trasladarla en su totalidad a los consumidores, en el caso de las infraestructuras ha sido positivo por su capacidad de reflejarla en las tarifas. Por lo tanto, “la inversión en infraestructuras siempre va a ser una protección contra la inflación”, afirma tajante.
Además de estas cuatro tendencias, a la hora de seleccionar infraestructura cotizada, la firma no se tiene en cuenta la zona geográfica, sino tres pilares: económico, social y evolutivo. Este último aspecto se refiere a la capacidad de uso de tecnología e Inteligencia Artificial para automatizar procesos (redes eléctricas, centros de datos, eficiencia en gestión del agua o el transporte, etc.).
Otro elemento importante es que sean compañías que tengan poca deuda y dividendos crecientes. El objetivo es que esta retribución al accionista supere la inflación de los países del G7 en un lustro.
Vehículo de inversión M&G Listed Infraestructures
Oportunidades no cotizadas
Ged Capital, que invierte en activos, no en empresas cotizadas, también coincide en las bondades de este tipo de inversión, especialmente en un escenario de retornos ajustados, añadiendo la baja correlación a ciclos económicos y a otras inversiones.
Echando la vista atrás, a diciembre de 2022, la inversión en infraestructuras ha reportado una rentabilidad media anualizada en los cinco últimos años del 10,10%, siendo el segundo activo de la inversión alternativa en términos de rendimiento, por detrás del private equity, con un 18,8%, y a distancia del resto. Esto demuestra que “su rentabilidad es muy competitiva frente a sus comparables”, añade su managing partner en Infraestructuras, Victoriano López-Pinto.
En cuanto a la relación entre riesgo y rentabilidad, Ged Capital afirma que está condicionada principalmente por el sector en el que se realiza la inversión y su fase dentro del ciclo de las infraestructuras. “Un conocimiento detallado de los activos permite detectar nuevas oportunidades de inversión y evaluar correctamente el riesgo”, apunta explicando que invierten en todo el ciclo de vida de la infraestructura a partir de dos estrategias. Una corresponde al momento de la licitación y construcción; otra a la gestión de infraestructuras maduras, teniendo separados los activos greenfield (para inversores de origen público) y brownfield (para inversores privados).
Aclara que no invierten en compañías, sino en activos bajo una concesión, con flujos de caja predecibles y estables y con cobertura de inflación. Ello supone, además, que no se está expuesto a los vaivenes de los mercados cotizados, sino al “valor fundamental del activo”. Los sectores preferentes son lo que el directivo llama “infraestructura convencional” de renovables, telecomunicaciones, medioambiente, transporte y social. El foco está puesto en inversores tanto industriales como financieros con activos en rotación.
Una aproximación que aborda la entidad en brownfield, es decir, en activos con track record probado, es posicionarse en activos de nicho que, además, se puedan vender de forma individual. “Cuando vamos a operaciones pequeñas (8-25 millones), hay mucha menos competencia en el mercado con lo que podemos captar un poquito más de retorno que si estuviéramos en infraestructura mayor”, aclara López-Pinto.
GED Infrastructure SGEIC tiene en período de comercialización, un fondo de infraestructuras para Iberia con un importe objetivo de €150m. El objetivo es invertir en activos de infraestructuras estratégicos, con riesgo de construcción limitado y de tamaño pequeño y mediano.
Visión general GED y presentación equipo Infra
El ejemplo de las energías renovables
En la ponencia de Qualitas Energy, su directora de Relación con Inversores y chief of staff, Rocío López, pone de manifiesto la mayor concienciación ante el cambio climático y los desastres que produce, sumado a la ya mencionada estrategia de no dependencia de terceros países en el suministro energético. Todo ello aboca a centrar la producción en las energías renovables, y España, por su ubicación y terreno disponible, tiene potencial para convertirse en un “motor clave para la revolución energética”.
En la actualidad, la mayor parte de la energía primaria consumida en nuestro país es de carácter no renovable. El año pasado, el 42% de la electricidad generada fue de origen verde. El objetivo nacional, de acuerdo con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, es alcanzar el 74% en 2030, en cumplimiento con las metas de descarbonización marcadas por la Unión Europea.
“El balance energético español muestra que un gran porcentaje del consumo proviene de fuentes fósiles, donde los productos derivados del petróleo y el gas natural tienen principal protagonismo, lejos de los nuevos objetivos definidos por Europa. Esto lleva a que España debe cambiar su consumo de energía desde las fuentes tradicionales a alternativas renovables por la vía de la electrificación y transformación de industrias y procesos”, señala la firma, reconociendo, no obstante, que “va por buen camino”.
Esto, en definitiva, indica el enorme recorrido de crecimiento que tienen las energías renovables. A nivel de inversión, según Goldman Sachs, para alcanzar el objetivo net zero en 2050 serán necesarios en el conjunto de la UE un desembolso acumulado de 10.000 billones de euros para el desarrollo de infraestructuras de generación, almacenamiento, transporte y gestión de la demanda, entre otros.
Por otra parte, “las tecnologías renovables se mantienen como la alternativa de menor coste nivelado de energía (LCOE), pero están expuestas a condiciones externas que impactan directamente a este nivel de precios”, como es el coste de inversión, de desarrollo, operación, capital y disponibilidad del recurso renovable. Esto significa que “el sector energético renovable necesita estructuras adecuadas para asegurar el bajo coste de la energía”, aclara López.
Accede a nuestro portal de eventos y accede a toda la documentación compartida por los participantes en esta reunión de trabajo y conoce cuáles son los vehículos financieros posicionados en el sector de infraestructuras.