La situación vivida en Chipre, que prácticamente ha copado los titulares de todos los medios de comunicación en el último mes, ha desatado la preocupación de numerosos ahorradores e inversores de países periféricos como el nuestro. Ahora bien, ¿es una preocupación fundada? ¿Puede ocurrir en el sistema bancario español lo mismo que al chipriota?
La posibilidad de llamar a todas las componentes de un pasivo de un banco a hacer frente al coste del rescate, como ha ocurrido en Chipre, realmente no es una novedad, ya que está contemplado de forma explícita en la Directiva de la UE sobre los mecanismos de resolución bancaria que se redactó en Junio del año pasado. Lo que sí es sorprendente, en nuestra opinión, es que en el caso de los bancos chipriotas se haya aplicado un mecanismo previsto inicialmente a partir de 2018; nos sorprende y nos preocupa porque además de transmitir una gran inseguridad jurídica, se ha dado este paso sin haber llevado a cabo otros aspectos esenciales del proyecto de Unión bancaria como la puesta en marcha de un supervisor bancario central y, sobre todo, de un mecanismo de garantía de depósitos único para toda la Eurozona.
En este sentido, consideramos muy importante que las autoridades europeas expresen de forma clara y rápida su compromiso para cerrar en los próximos meses estos asuntos pendientes, reestableciendo el principio básico de la Unión Monetaria de que un euro vale lo mismo en cualquier país miembro, y evitando así una peligrosa huida de depósitos de la periferia. Del mismo modo, confiamos que el BCE continúe a compensar con su política de “barra libre” de liquidez para los bancos la eventual pérdida de depósitos. Estas intervenciones, a nuestro entender, evitarán la quiebra por razones de liquidez de cualquier banco sistémico, pero por supuesto no garantizarán su solvencia.
La pregunta para el depositante español por tanto es, ¿ cuán probable es que un banco se vea obligado a restructurar su deuda? A nivel agregado la enorme labor de saneamiento realizada en el sistema ha ayudado mucho a disipar dudas sobre su solvencia, y consideramos que los 190.000 millones de euros ya provisionados junto a los 45.000 euros de exceso de capital regulatorio serían suficientes para hacer frente a un nivel de mora de hasta el 17%-18%, una cifra superior a las previsiones que barajan los analistas.
¿Y si hubiera, sin embargo, una entidad insolvente? ¿Quién tendría que asumir el coste del rescate? La Directiva de la UE establece claramente cuáles son los pasivos que se deberían excluir del proceso de quita, en particular los depósitos por debajo de 100.000€ y los pasivos con colateral (principalmente cédulas hipotecarias pero también los préstamos del BCE). Si esos pasivos están a salvo, ¿Están en riesgo los depósitos por encima de 100.000 euros? En principio sí, pero a diferencia del caso chipriota, en el caso de España el colchón representado por deuda subordinada y senior es superior al 20% del balance de los bancos, siendo suficientemente amplio para que en la práctica no sea necesario tocar los depósitos. Resumiendo, recomendaríamos tranquilidad a los tenedores de depósitos o cedulas hipotecarias de los principales bancos nacionales, evitando la deuda bancaria senior por su escaso retorno ajustado por riesgo.
Paolo Mezza
Socio de Arcano Wealth Advisors
Acceda al artículo de Cinco Días en el siguiente enlace: ¿Puede Chipre afectar a España?